miércoles, 20 de abril de 2011

VISPERA

Los minutos inquietantes
sucumbieron con la alborada.

Todo está dispuesto
los vestidos vaporosos,
las sandalias con cordones amarillos
y el tiquete
con una fecha secreta de retorno.

Doy la última vuelta a la cerradura
dejo este espacio sin el perfume a jazmín
borro los colores de mi voz estridente
suplicando que los ladrones  de almas
ignoren la ausencia.

Solo quedan,
los  kilómetros
donde el hilo luminoso del horizonte
se hace más delgado
y dos sombras se derriten
caminando hacia el norte.