sábado, 6 de agosto de 2011

La poesía es trabajo de carpintería

Este acercamiento tan íntimo que he tenido con la poesía en el último año me ha enseñado que no hay poema terminado, que en la medida que se avanza, esas letras que encarnaron los sentimientos del primer poema, migran, unas se escurren otras desaparecen, otras nacen y todo para darle forma a lo que se quiere decir... y en todo el proceso de continuas revisiones y volver a lo que en realidad a lo mas profundo hay nuevos descubrimientos, aprendí que de eso se trata... de pulir, romper, tachar, borrar. No es fácil, nada fácil algunos poemas terminan convertidos en un par de frases que se quedan sin sentido y simplemente son desechados, otras frases que empezaron con una débil idea se fortalecen y llegan a ser un hijito querido. Es una tarea de nunca terminar por eso cuando ya un poema nos saca muchas canas, es mejor dejarlo descansar y decir que "está terminado" aunque esto sea una mentirilla piadosa, de lo contrario en nuestro lecho de muerte estaríamos aun haciendo cambios.


Pues bueno, esta introducción solo para contar que estos meses, trabajando con mis amigos Los Impresentables de la iniciativa RENATA, esos poemas escritos por primera vez el año pasado en el Taller, tomaron una nueva forma y quizá sean publicados en una antología... pues aquí les regalo estas letras que han mutado un poco desde su primera versión....



VÍSPERA


Los minutos
sucumbieron con la alborada.

Todo está dispuesto,
vestidos vaporosos,
sandalias de cordones enredados
y el tiquete con una fecha secreta de retorno.

La última vuelta al candado
priva al espacio del perfume,
borra los tonos de mi voz estridente
¿ignorarán ellos mi ausencia?

Solo quedan kilómetros
donde el hilo luminoso adelgaza el horizonte

Solo quedan dos sombras
que caminan hacia el norte, derretidas.


ECOS  

Se han marchado.

Dejaron sus olores en las sábanas
y migajas de la última comida.

El recuerdo de sus risas
socava la ausencia, mientras
las huellas de sus dedos infantiles,  
revelan historias en los muros desteñidos.

No hay ecos que duren para siempre:
los adioses se llevan a cuestas
y duelen en los huesos que los cargan.


EL DESENLACE


¡Qué infinito el fantasma de la espera!

Si pudiéramos acelerar nuestra partida
ya nada más esperaríamos,
otros quizás…   
                                     nuestras cenizas.

CAPITAL HAMBRIENTA

Se atraviesa en este andar sumiso
una mole de concreto y aluminio.

El olor a ciudad recién levantada
se funde con la estridente hora pico
y desdibuja los sueños de plenilunio.

Déjame contarte
como esa luna se deforma
entre ruidos incansables
y charcos que se desbordan.

Déjame contarte
como la angustia se convierte
en un estado de locura perdurable.

Déjame contarte
Como ignorar al fantasma
que nos traga a pedacitos!

CICATRICES
"Pasó el viento. Quedaron de la casa,
el pozo abierto y la raíz en ruinas. 
Jaime Sabines"




Son granizo
calcinando mis hojas de eucalipto,
viven de los besos que las tocan
y esconden sus pasos tras el musgo.

Estas cicatrices
me recuerdan que soy
obra imperfecta de la tierra,
hecha de retazos olvidados de Dios.

En la sombra de los muertos
quedan tallados los pecados sin perdón
y en la corteza.
¡cicatrices que algún día
                           fueron savia!    
                  

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